Matrícula y primer día de clases en Canadá para una familia latina.

El primer día de clases puede ser una instancia donde diversas sensaciones aparecen: nervios, ansiedad, preocupación, entre muchas otras. Cuando los niños son más pequeños y es primera vez que se ven inmersos en un nuevo lugar, rutina y personas, puede ser necesario un periodo de adaptación, tanto para padres como niños. Por el contrario, cuando el niño o niña lleva tiempo en el mismo lugar, conoce a los profesores y a sus compañeros, sabe que habrán recreos y donde están los baños, el escenario es mucho más tranquilo y flexible. Sin embargo, cuando se migra a un país donde el idioma no es el del país de origen, sean niños pequeños o grandes, se verán envueltos en una nueva realidad donde la comunicación se verá obstaculizada. Esto es lo que ocurre en un primer día de clases en Canadá.

Como padres recién llegados y con el español como idioma de origen, te contamos nuestra experiencia durante el primer día de clases con nuestra hija de 4 años.

Primeros pasos al llegar a Canadá: matrícula.

Como familia, llegamos desde Chile a Toronto a finales de julio de 2023. En Canadá nos encontramos con las vacaciones de verano, por lo que todas las escuelas estaban cerradas. Para saber cuál escuela le correspondía a nuestra hija, decidimos ocupar el buscador de la página oficial: Toronto District School Board. Debes ingresar tu calle sin numeración y te arrojará cual escuela corresponde según dirección y grado al que deba asistir tu hij@.

Simona, nuestra hija, cumple los 5 años en diciembre, por lo que su nivel correspondiente es Senior Kindergarten, impartido en una Elementary School. El resultado de la búsqueda fue Rosedale Junior Public School. Conseguido el lugar y dirección exacta, decidimos enviar la solicitud por la misma página anterior, pensando en que cuando abrieran la escuela antes de finalizar el periodo de vacaciones, nos contactaran para confirmar el cupo en el curso. Lamentablemente, nunca recibimos respuesta.

Última semana de agosto: inscripción presencial.

Al no tener respuesta por parte del ente oficial, la última semana de agosto, decidimos ir presencialmente a la escuela a matricular a Simona. Necesitábamos confirmar que allí estudiaría y saber que necesitaba para su primer día de clases, así como el horario, funcionamiento, etc. 

Al llegar a la escuela, nos recibió una mujer que se desempañaba en un puesto administrativo y muy amablemente nos explicó que el proceso de recibimiento de la solicitud por parte de la escuela podía ser muy largo. De cualquier forma, pudimos realizar la matrícula presencial, donde nos solicitaron los siguientes documentos:

  • Visitor record de nuestra hija.
  • Carnet de vacunas (inmunización) traducido.
  • Study Permit del padre.
  • Nuestro registro OHIP (como somos recién llegados y no podemos optar aún a este registro, nos comentaron que una vez obtenido, tenemos que acercarnos a actualizarlo).
  • Números telefónicos de contacto: madre y padre.

Luego de esto, se presentó la directora del establecimiento y nos mostró las instalaciones y el salón donde Simona tendría que asistir a clases. Nosotros le explicamos que ella no hablaba inglés y nos tranquilizó mencionando que muchos niñ@s no dominaban el idioma, pero lo aprendían rápidamente con el pasar del tiempo. Finalmente, nos indicaron fecha y horario de ingreso y salida de la jornada escolar y nos entregaron una guía informativa para el nivel de nuestra hija.

Un poco del funcionamiento dentro de la jornada escolar.

Una de las cosas que tuvimos que comprar fue una mochila, una lonchera y algunos contenedores para el almuerzo y snacks. Simona tiene 2 recreos, por lo que debemos enviar 2 snacks para ese momento. También una botella para que pueda tomar agua y rellenarla. Esto puede variar según cada escuela. 

Algo que llamó nuestra atención es la prohibición de que los alimentos que lleven los niños sean frutos secos. Debido a las alergias alimentarios, cualquier comida que lleven no puede contener frutos secos o sus trazas. Quedamos un poco asombrados y con la creatividad funcionando al máximo para elegir los nuevos menús semanales.

Otra cosa importante que nos solicitaron fue un par de zapatillas que quedarían en la escuela, para usar como calzado indoor. Cuando los niñ@s ingresan a clases, se cambian los zapatos por los que están en la escuela y los ocupan dentro de ella. Por el contrario, al momento de salir al recreo o al patio, deben cambiarse el calzado por los que traen desde casa.

Una arista a considerar es que las escuelas intentan que los niños sean lo más autónomos posibles, por lo que sugieren practicar cambiarse ropa solos en el hogar, saber abrir y cerrar sus contenedores con comida, ir al baño solos, entre otros. La jornada escolar se extiende desde las 9:00 AM a las 3:00 PM para el nivel de Simona. Los cursos donde los niños son más grandes tienen como horario de salida las 3:15 PM.

Y llegó el primer día de clases en Canadá.

El martes 5 de septiembre, dimos inicio al año escolar. Simona si bien no iba muy convencida de ir a clases, pues no habla inglés y ya se había dado cuenta que lo necesitaba para comunicarse, se levantó con su mejor ánimo y disposición.

Caminamos hasta la escuela, unos 10 minutos aprox., y conocimos a la profesora y su asistente de sala. También conocimos a la profesora de ESL (English as a Second Language o Inglés como Segundo Idioma), pero no nos informaron si efectivamente le harían clases para nivelarla.

Todos estábamos nerviosos y aunque Simona ya llevaba varios años asistiendo a guarderías y jardín infantil en Chile, no sabíamos como se sentiría sin poder comunicarse de forma fluida. Finalmente, llegó la hora de despedirnos y después de muchos besos y abrazos, asegurándole que cuando saliera de clases nosotros estaríamos esperándola, se fue a su salón.

El comité de padres de la escuela había organizado una pequeño reunión para conocerse entre los apoderados, donde podíamos conversar amenamente con un café en el patio trasero del recinto. Nosotros asistimos y al salir de la escuela, el papá de Simona quiso dar un vistazo al patio de los niñ@s, pues se encontraban en recreo.

Lo que vio nos dejó un poco desanimados: nuestra hija sentada en una banca, sola, cabizbaja, evidentemente incómoda y sin poder interactuar. Retornamos a nuestra casa con una sensación que nos apretó la garganta y el estómago…¿podrá desenvolverse bien? ¿le dirá a la profesora que quiere ir al baño? Tal vez le habíamos pedido mucho y ella no estaba lista…

¿Y qué pasó?

Después de 6 horas de jornada escolar, extensas para nosotros como padres, fuimos a buscar a Simona.

Preocupados y un poco ansiosos, la esperamos fuera de la escuela. La profesora salió y detrás de ella una fila de niños con coronas de papel. Se veían contentos. Luego de acercarnos, la profesora nos reconoció y llamó a Simona para entregárnosla.

Ella estaba muy feliz, nos dijo que había jugado con Play-Doh y que le leyeron un libro en inglés. Si bien no entendió del todo, pudo desenvolverse y realizó las rutinas sin problemas. Lo que nos confirmó que todo marchó sin dificultades fue que ella mencionó que quería volver a ir a la escuela, y aunque no había hecho amigos ese primer día, mañana lo intentaría, y también los siguientes días.

Datos importantes.

  • La escuela se asigna según tu domicilio, por lo que ninguna queda a una distancia extremadamente lejana.
  • No tuvimos que pagar por matricular a Simona. Tampoco hay una mensualidad asignada. Es gratis.
  • No compramos útiles escolares, solo lo que mencionamos anteriormente. Los materiales de trabajo como libros, cuadernos, lápices, etc., son provistos por la escuela.
  • Existe un voluntariado por parte de los apoderados, donde puedes inscribirte según actividad y disponibilidad de tiempo en los diversos eventos que se realizarán en la escuela durante el año.

¿Te gustaría que tus hij@s experimentaran y aprendieran el inglés mientras estudian? ¿Piensas en Canadá como opción para migrar en familia?

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