Migrar con niños: como funciona la educación en Canadá.

En la entrevista de hoy, conoceremos a Judith Maldonado y Pedro Domínguez, una pareja de chilenos viviendo en Kingston, Ontario. Junto a ellos, migraron también sus dos hijos, Rafael y Santiago, de 10 y 7 años, respectivamente. A continuación, nos contarán su experiencia sobre los niños y la educación en Canadá, entregándonos información valiosa sobre este sistema y como se diferencia de Chile.

Chicos, cuéntenos un poco sobre ustedes y su familia.

Judith: Yo soy Judith Maldonado y él es Pedro Domínguez, somos chilenos viviendo en Kingston, Ontario. Tenemos dos hijos: Rafael de 10 años y Santiago de 7 años. Llegamos en agosto de 2022 porque yo soy estudiante internacional y mi programa comenzaba en septiembre del mismo año. Kingston es una ciudad chiquitita, ideal para niños, los trayectos son super cortos, nuestra casa esta cruzando la calle para llegar al colegio, lo que facilita la seguridad para los traslados a la escuela.

¿Qué los motivó a migrar a Canadá? 

Pedro: La verdad, yo no quería hacer un bingo cuando estuviese viejo y me enfermara para pagar mis gastos.

Judith: Es lo que engloba la seguridad social. 

Pedro: Nosotros teníamos un pasar bastante bueno allá en Chile, dentro de lo bueno, pero esa estabilidad frágil.  

Judith: Si uno se enferma no hay una seguridad social que te apoye económicamente

Pedro: Dependía completamente de que no nos pasara nada y la estabilidad futura de los chicos también dependía de que no fallaramos en ningún momento. 

Judith: El nivel educacional también fue importante, para los chicos, poder llegar a una universidad en Chile significaba un ahorro de años o una deuda de años. 

Pedro: Y, eventualmente, las posibilidades educacionales que ellos pueden tener acá en el futuro. Por ejemplo, el costo de un college para una persona no canadiense podrían ser $16,000 CAD al año. Pero para un residente, el mismo programa, cuesta $3,000 CAD, que es el valor de un mes y medio de sueldo mínimo, es decir, con un mes y medio de sueldo puedes pagar un año de educación superior. No hay punto de comparación.

Una pregunta muy común, ¿cómo lograron inscribir a sus hijos en la escuela?

Pedro: lo primero que te piden es fijar residencia; elegimos este lugar porque había una escuela al frente y quedaba cerca del College donde Judith estudia, a 15 minutos caminando. Teniendo la residencia, nos metimos a la página del Limestone, del distrito escolar, ahí buscamos la escuela, metimos los datos de los chicos y listo. Lo hicimos desde Chile. Porque cuando nosotros llegamos, estaban de vacaciones. Entonces una semana antes de entrar a clases, volvió la parte administrativa de las escuelas, nosotros fuimos al distrito escolar presencialmente y nos dijeron que teníamos que ir a la escuela directamente, y cuando ibamos camino a la escuela, llega un correo diciendo “niños aceptados”. Nosotros arrendamos el departamento de Kingston cuando estábamos en Chile y esto facilitó el proceso de inscripción.

Judith: Rafa entró a 5to grado, el cursaba 4to básico en Chile y Santiago va en 2do grado, cursó 1ro básico en nuestro país.

¿Por qué eligieron esa escuela en particular? ¿Buscaron referencias?

Pedro: En el caso de nosotros, buscábamos que la escuela fuera pública y no católica. Sinceramente, no se cuanto más podríamos haber averiguado, aparte de los comentarios de Google.

Dicen que la educación en Canadá es gratuita, pero ¿realmente es así?

Judith: No hemos pagado un solo peso, todo es gratis. No pagamos colegiatura, tampoco matrícula, ni mensualidad, ni cuota del centro de padres. Si tu quieres, el niño puede llevar sus propios materiales, pero es opcional, la escuela tiene todo.

Pedro: Me acuerdo que la directora nos dijo ese día: “si tiene, por ejemplo, un lápiz favorito, que lo traiga, pero no es necesario”.

Y los servicios de alimentación, por ejemplo, ¿sus hijos almuerzan en la escuela?

Pedro: En realidad, hay todo un tema, porque como llegamos post-COVID, hay cosas que han cambiado. Antiguamente había como un servicio de comida, iba alguien, un delivery de comida, pero tenías que pagar por eso. 

Judith: Pero no, nosotros le mandamos colaciones frías. Entonces te piden 2 colaciones para el día. Acá los niños entran a las 9:10 AM y salen a las 15:30 PM. Entremedio, tienen dos recreos de 40 minutos, al primero le llaman “nutrition break” y el segundo es el recreo. En esas instancias comen y la verdad, ha resultado muy bien. 

En Chile, el sistema educativo es muy exigente y estructurado, ¿han observado diferencias con el sistema canadiense? 

Judith: Mira, partiendo por la sala. A nosotros nos hicieron un Open House donde nos invitaron a conocer la sala de los niños cuando llevaban 1-2 semanas de clases. Tienen sillas y mesas, pero la disposición de la sillas y mesas no es hacia adelante, sino que trabajan por grupos y la sala de clase es muy Montessori, tienen rincones, su espacio para la biblioteca, su rincón de lectura, con cojines para acomodarse y leer, también hay otro lugar con bicicletas para que ellos, cuando quieran, puedan subirse y pedalear, son libres. Trabajan en el piso.

¿Andan descalzos dentro de la escuela?

Pedro: Tienen unos zapatos de interior, eso fue lo único que nos pidieron, un par de zapatillas que queden allá para que sean sus zapatos de interior.

¿Y cuántos niños hay por clase? 

Judith: 20.

Pedro: Ojo que esta no es una escuela tan grande, por lo que hablábamos con algunos apoderados en algún minuto, esta es una escuela tamaño medio, hay escuelas más grandes y más pequeñas. 

Judith: Son como 300 alumnos, más o menos. 

Pedro: Sí, son como entre 300 y 400 máximo en Elementary School.

Judith: Cuando llegan a 6to grado, ellos se tienen que ir a High School.

Pedro: Y hay un High School por acá cerquita también, un par de cuadras más allá, que es como la progresión natural del Elementary.

Cuéntenos sus experiencias con las tareas para la casa, comparando Chile y Canadá.

Pedro: Una o dos veces han llegado con cosas que los chicos no han terminado en su horario, entonces te dicen “oye, por favor, terminen esto para la próxima semana”, pero es como termina de rellenar pintando la letra.

Judith: A Santi un poco más, nos entregan material de apoyo. Más que tarea, nos dan libros o lecturas, unas hojitas donde él tienen que leer algunas palabras. También leer su libro favorito, que son libritos como de 5 hojas, pero nada más.

Pedro: Pero están lejos de ser las tareas que tu veías allá. De hecho, los chicos disfrutan mucho porque dicen que es más fácil, porque no le ponen notas.

Judith: No, no hay nota.

Pedro: Es como el “suficiente”, o el “MB” (Muy Bueno).

Judith: Es una evaluación cualitativa, no cuantitativa. 

Lo que describen suena maravilloso, ¿han visto un cambio en la actitud de sus hijos con respecto a la escuela?

Judith: Completamente. 

Pedro: Les gusta ir a la escuela. 

Judith: Que un niño de 7 años se pase la mitad de su día sentado, mirando para adelante, es difícil. En cambio, acá es un proceso de descubrimiento, ellos tocan, buscan y se paran, se mueven. Las profesoras tienen Twitter y suben fotitos de lo que hicieron en el día. Los niños siempre están en el piso, siempre están jugando, siempre están haciendo cosas muy manuales, muy prácticas. 

Pedro: Cuando el clima lo permitía, salían mucho a tomar las clases al parque porque la escuela está al lado y tiene el tamaño de 3-4 canchas de fútbol. Entonces salían y hacían las clases con bichitos. Un día estaban haciendo explosiones, como experimentos, mezclaban los compuestos…

Judith: Es muy entretenido.

Pedro: Yo siempre comento que cuando los fuímos a buscar el primer día, con todo el miedo y nerviosismo que teníamos al dejar a los niños que no hablaban inglés en un ambiente que no hablaba español, les preguntamos: “¿cómo lo pasaron?” y respondieron: “no entendimos nada, pero lo pasamos muy bien”.

Y…¿cómo han avanzado con la adquisición del idioma?

Judith: Los chicos no sabían nada de inglés, con suerte el inglés del colegio, que son 2-3 horas por semana en Chile. 

Pedro: Las primeras dos semanas que llegamos antes de las clases, no se vieron expuestos al inglés, porque si bien salíamos, no teníamos mucha relación con personas que nos hablaran en ese idioma, tampoco teníamos televisión como para que vieran programas en inglés.

Judith: Ahora, en el colegio tienen una fonoaudióloga. Ella atiende a todos los niños migrantes, yo te diría que hay niños de Japón, de China, árabes, de África.

Pedro: Países que no sabíamos que existían.

Judith: De ese nivel de integración cultural.

Pedro: Probablemente, a ellos les pasa lo mismo con nosotros. 

Judith: Y latinos, ahora llegó una niña colombiana, están los chiquillos que son nuestros hijos y también llegó otro niño de Chile también. Entonces, los sacan todos los días 45 minutos y los lleva a su sala y les muestra cómo se pronuncia las palabras, donde se coloca la lengua para la “R”, la “L” y la “H”.

Pedro: Ella les hace un entrenamiento fonético. Y para las palabras, a ellos lo primero que les pasaron son unos iPad con traductor, por parte de la escuela. Entonces, ellos se comenzaron a comunicar a través del iPad, con el traductor de Apple, dónde hablas y te traduce del inglés al español, y vuelta. Y así se empezaron a comunicar la primeras semanas. Aparentemente, los ocupan cada vez menos porque ya entienden. 

Judith: Todos los días son las mismas rutinas, entonces ellos ya van entendiendo. Todos los días tienen lo mismo, en la primera hora tienen Literacy, después tienen Maths, luego Ciencias, y así se repite toda la semana. Y francés.

Con respecto al francés, existen escuelas con inmersión francesa, ¿es el caso de ustedes?

Judith: Sí, es una es una École, entonces tú escoges si quieres ser de inglés o de francés. Hay cursos que son 100% francés, pero nosotros pensamos que iba a ser muy alto el desafío. 

Pedro: De aprender inglés y francés al mismo tiempo.

Judith: Entonces, ellos están en la parte de inglés, pero tienen francés todos los días. Por ejemplo, Rafa llegó con una prueba de francés. Yo pensé que no hacían pruebas, pero sí, las hacen, pero no les ponen nota. 

Pedro: Es mucho más entretenida, les colocan fotos de Batman, les preguntan las partes del cuerpo en francés y las instrucciones son en inglés.

Otra duda muy popular es con el tema de la nieve, en su caso, ¿cómo funcionó la escuela en invierno? 

Pedro: La escuela no para, lo que se suspende son los buses escolares cuando el clima estaba muy malo, entonces la gente tiene que encontrar alguna manera de llevar a sus hijos o se quedan en la casa. Durante esos días de tormenta, la escuela funciona, pero como una especie de “guardería”, porque no hay clases como tal. Si por lo general, asisten 20 niños, llegan 7 u 8. Entonces, los hacen jugar y los mantienen ocupados durante el día.

Judith: Pero en el invierno ellos salen al patio con -20°C. Cuando llueve, no salen, pero acá no llueve nunca. Con nieve hasta la rodilla, salen a jugar a la pelota igual. 

¿Y los chicos se han acostumbrado a este clima?

Judith: Creo que ellos nos han ayudado a que todo el proceso sea mucho más fácil. Cuando tus hijos están contentos, cuando van liderando este proceso de adaptación, nosotros pensamos “ya, vamos, estamos bien, no hay problema”. Ayer hablaba con Pedro y le comentaba que en Chile, Rafael que es más tímido, jamás había jugado a la pelota, por miedo que le digan algo, que se burlen, pero acá es el arquero, el capitán, anda armando partidos, entonces tiene la confianza de poder hacerlo. 

Pedro: Es un tema de confianza y aceptación, de sentirse cómodo. Hay niños que tienen capacidades muy diferentes dentro de la sala, por ejemplo, hay un niño que requiere asistencia permanente de un adulto, y él está con su mamá o con su abuela, todo el día en la sala. Y así, hay distintas realidades, están todos mezclados y todos juegan con todos, a nadie le llama la atención ser diferente.

Con respecto a esto ¿han vivido alguna experiencia de bullying, racismo o xenofobia?

Judith: Hasta el minuto, no, gracias a Dios. La escuela es tan multicultural, que están muy acostumbrados a tener niños de todas partes del mundo. Siento que para ellos es muy común verse distintos, entonces no es tema. 

Pedro: No han habido problemas, temas u ofensas relacionadas con su raza u origen.

¿Y ustedes notan que los niños canadienses son diferentes en cuanto a su independencia?

Judith: Nos pasó algo muy gracioso con esto porque el primer amigo que hizo Rafa fue Noah, que es su compañero de curso y viven en unos departamentos a una cuadra de distancia, más allá.

Pedro: Como la escuela se fija en relación a la residencia, todos los chicos viven por acá, entonces te los encuentras constantemente en la calle. Hay varios niños que viven en nuestro edificio. 

Judith: Sí, entonces ellos se pusieron de acuerdo para que Noah viniera a jugar a nuestra casa. Yo, esperando la llamada de la mamá, típica mamá latina, para que la otra mamá te pregunte, ¿dónde es? ¿cómo es? y todos los detalles. De repente tocaron la puerta. Era Noah.

Pedro: Un domingo, a las 10:00 AM.

Judith: Él venía con un bolso donde traía su Nintendo Switch, su tablet, su teléfono. Y le pregunto: “Noah ¿y tu mamá?” Y él me responde: “si hablé con mi mamá y me dijo que no hay problema”. En ningún momento la mamá me llamó para confirmar si había llegado bien, nada.

Pedro: No, porque él se comunicaba con ella a través de la tablet. Nosotros no sabíamos que ese día iba a venir, porque se pusieron de acuerdo entre los chicos. Entonces salimos, habíamos quedado de ir a unos juegos, fuimos los juegos. por lo que le envío un mensaje a la mamá “oye, vamos a llevarnos a Noah a tal parte”. Y ella nos responde: “OK, vayan”. Fuimos a comer pizza después.

Judith: En la tarde, fuimos a dejar a Noah y cuando vimos a sus padres les dijimos que esta situación es súper extraña, que no estamos acostumbrados a que los niños anden así, independientes por la vida. En Chile, los vas a dejar, a buscar, los miras pasar la puerta hasta que desaparecen, etc. Y ella me dijo: “no, acá no es así, los niños son súper independientes, es súper seguro, yo sé ahora que va a ir a tu casa o puede ir a la casa de otro amiguito que esta acá al lado y él sabe cruzar la calle, no hay problema”. Ellos no tienen el miedo de que les pase algo, de que los asalten. 

Y dentro de todo este gran sistema ¿hay algún aspecto negativo?

Pedro: Si tienen niños que no están dentro de la edad escolar, es un show, eso sí que es un tema. Tienes que pagar Daycare y es carísimo. Si vas a planificar esto, trata de que los niños estén en edad escolar porque te vas a ahorrar mucha plata y muchos problemas. Nos ha tocado ver familias con hijos de 2 años, y sufren porque el mes completo de Daycare cuesta $1,500 CAD. Pone muchas trabas a la hora de encontrar trabajo, adaptarse a los tiempos.

Judith: Por ejemplo, yo le pregunté a la directora si en el caso de que yo entrara antes a clases y Pedro tuviera que trabajar, podíamos dejar a los chicos 15 minutos antes, y me dijo que no. Los horarios no se flexibilizan.

Agradecemos enormemente a Judith y Pedro por su tiempo y gran disposición para esta entrevista. De parte de todo el equipo de One2GO, les deseamos lo mejor en este camino que emprendieron como familia.

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